Una de las principales cosas que me preguntan durante talleres de educación emocional es “¿por qué no nos enseñan esto desde la escuela?”. Y si bien, ahora hay más esfuerzos por integrar una educación socioemocional en el aula, aún estamos con bastante rezago en el tema.
Rafael Bisquerra y Cimenna Chao explican, “La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente y, por lo tanto, debe estar presente a lo largo de la educación formal, dentro del currículo escolar, desde la educación inicial hasta la educación superior; pero también tendría que permear los espacios formativos no formales, como la familia o las agrupaciones sociales y la formación continua en la vida adulta. Debiera formar parte de las acciones de capacitación y formación del talento humano al interior de las organizaciones, las instancias de atención social y de salud, y en la actualización permanente de los educadores y los servidores públicos. Cuando se dice que la educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital, esto significa que se prolonga durante toda la vida, y que es un proceso inacabado que requiere de constante ejercicio y actualización.” Es un tema en el que toda la sociedad participamos e influimos de manera inherente.
Pero, ¿por qué es importante integrar la educación emocional en las aulas?, una de las principales razones es que México es el país con mayor número de incidentes de violencia escolar reportados o bullying, al menos de las naciones que conforman la OCDE, eso deriva a su vez, una creciente proporción de problemáticas de salud mental en niños, niñas y jóvenes, que se ven en trastornos de ansiedad, estrés crónico, depresión y adicciones; además de un incremento en la tasa de suicidios.
Es muy importante que como sociedad atendamos este tema desde todos los frentes posibles, para obtener una educación emocional integral hace falta que se le dediquen objetivos desde la planeación educativa, pero también que los padres y madres de familia estén capacitados para modelarlo en casa y que en las organizaciones apliquen modelos de atención emocional, todos los eslabones debemos trabajar en conjunto.
Lejos de querer abrumarles por el camino que nos falta por recorrer les quiero compartir algunas recomendaciones para dar el primer paso en educación emocional en nuestras aulas.
¿Cómo empiezo a contribuir con la educación emocional de mis alumnos y alumnas?
“Hay una base científica muy fuerte sobre la relación entre la capacidad de aprender y el estado emocional. Lo que más importa es que se haga un cambio de mirada y se tenga en cuenta cómo se sienten los chicos. Hemos centrado la educación en los contenidos durante demasiados años” (Verónica Boix, Escuela de Educación, Universidad de Harvard)
Hay diferentes estrategias que se pueden utilizar en el aula, ya sea física o virtual para dar un primer paso en las emociones.
Lo primero es que tú como docente entres en contacto con tus emociones, esto es algo que a la mayoría le asusta, porque cree que ser vulnerable se relaciona con la debilidad y pérdida de autoridad. Pero esto no puede estar más lejano a la realidad, ya que estar atento y conectado con tus propias emociones favorecen el desarrollo de la empatía y tiende puentes con tu alumnado.
Una vez teniendo esto en cuenta, te recomiendo las siguientes prácticas durante tus clases:
Amplía el vocabulario emocional de tus estudiantes, cada día puede hablar sobre una emoción o sentimiento en particular, busca previamente la emoción y la definición de esta y compártela durante la clase, dedica unos minutos a que compartan algunas experiencias en las que hayan sentido dicha emoción.
Dedica un tiempo a preguntarles ¿cómo se sienten?, si son más pequeños puedes crear tableros para que pongan en su nombre la emoción con la que se identifican ese día, o bien, algunas paletas con emociones para que las levanten al preguntarles, si son adolescentes o jóvenes puedes utilizar aplicaciones avanzadas como Mentimeter para que respondan virtualmente o abrir un pequeño diálogo sobre cómo se sienten.
Cultivar el autoconocimiento a partir de la exploración de las motivaciones, necesidades, pensamientos y emociones propias a través de actividades en clase o para trabajar en casa.
Dialogar sobre una película o canción que haga referencia a distintas experiencias emocionales, compartir lo que opinan y reflexionar sobre emociones y sentimientos, esto aporta a la comprensión de las propias emociones y a desarrollar empatía.
Hacer diferentes juegos sobre emociones, existen recursos para todas las edades, desde memoramas, serpientes y escaleras, hasta adivina la emoción, descúbrelo con mímica y muchos más, ¡ponle creatividad!
Fuentes
Bisquerra Alzina, R., & Chao Rebolledo, C. (2021). Educación emocional y bienestar: por una práctica científicamente fundamentada. Revista Internacional De Educación Emocional y Bienestar, 1(1), 9–29. Recuperado a partir de https://rieeb.ibero.mx/index.php/rieeb/article/view/4
Chao Rebolledo, C. (2019, 11 noviembre). La educación socioemocional: una apuesta por la innovación educativa en México. Timología, 1(noviembre 2019). https://rieeb.com/wp-content/uploads/2019/12/RIEE_Timologia-1.pdf
OCDE. (2004). Taking fear out of schools: A report of an International Policy and Research Conference on School bullying and violence. Recuperado el 20 agosto de 2018 de: http://www.oecd.org/ dataoecd/26/51/33868117.pdf
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